
El orden en que contamos los sucesos, su estructura y forma, altera la realidad, así como las del propio relato y quien lo cuenta. Cartografía toma este principio como base de juego para dibujar un croquis en escena desde el que contar. Líneas a veces invisibles que transitar con el cuerpo para relacionar recuerdos y tiempos. Un ejercicio de autopoiess para sobrevivir alegremente a la memoria y sus trampas.